miércoles

Familia y lectura

     Leer con niños
Autor: ALBA RICO, Santiago
Publicación: Barcelona, Random House Mondadori, Caballo de Troya, 2007
Páginas: 351
ISBN: 978-84-96594-02-9
¿Para qué sirven los niños? ¿Para qué sirven los libros? Los niños sirven, nos dice Santiago Alba, para cuidarlos, es decir, para volvernos cuidadosos con ellos. Los libros sirven, sobre todo, para darnos tiempo: para alzarse como muro de contención –recordemos a Sherezade y a Penélope- allí donde el tiempo se ha convertido en una amenaza. Por eso, para salvar los libros, como para salvar a sus lectores, más importante que leer es restablecer el tiempo del relato: el del cuidado de los niños, el de la atención, el de la memoria, el de la espera.
Santiago Alba lleva años, muchos años, contándoles cuentos a sus hijos Juan y Lucía, leyéndoles en voz alta, compartiendo con ellos risas y angustias, explicaciones y desconciertos. Inevitablemente, en ese afán escudriñador de los vericuetos de la narración, de la importancia de los objetos y la solidez de los caracteres, de las relaciones entre (in)justicia y victoria, entre la realidad y el relato, sus conversaciones van más allá de la literatura y acaban desembocando en cuanto ocurre más acá de las fronteras de la ficción.
En Leer con niños comparte Santiago Alba con los lectores algunos de los episodios y personajes que ha evocado con sus hijos –de Herodoto a la Odisea, de los cuentos tradicionales a los mitos bíblicos o grecolatinos- para ofrecernos su personal lectura de los mismos. El ejercicio de interpretación que despliega Alba Rico a lo largo de las páginas pone ante nuestros ojos las lacras de una sociedad que ha hecho de la desmesura de Jerjes y la “soltería” de Barbazul dos de los modelos dominantes.
Si el relato es la posibilidad de que “reconozcamos a un hombre que no es de nuestra familia y nos afecte su dolor”, la lectura compartida contribuye no sólo a que padres e hijos se diviertan juntos –y con esta sobrarían las demás razones-, sino además a que puedan educarse recíprocamente, “suturando desde fuera esa difusa frontera entre la realidad y la ficción”. Porque si esa confusión llevó a Don Quijote a creer que era real la ficción de la novelas de caballerías, a los hombres y mujeres del siglo XXI nos lleva a menudo a creer que es ficción la realidad y a desentendernos de la injusticia y el sufrimiento de quienes habitan junto a nosotros y de los que somos, querámoslo o no, también responsables.
Por eso, y tras muchos años de haber combatido la escuela y la familia como aparatos de reproducción ideológica, este libro vuelve a reivindicarlas desde la izquierda como espacios de resistencia.
Cómo iniciar a la lectura
Autora: BORDA,  Isabel
Publicación: Málaga, Col. Educar Hoy, Editorial Arguval, 2006
Páginas: 121
ISBN: 84-665-4182-9
María Isabel Borda Crespo, Profesora de Literatura Infantil y Didáctica en la Universidad de Málaga, ha realizado una sencilla, y rigurosa, guía para las familias con el objetivo de ofrecerles información acerca de qué es la lectura y el papel esencial que tienen padres y madres en generar motivación lectora  (capítulo 1), orientarlas en la selección de lecturas tanto literarias como informativas (capítulo 2) e invitarlas a desarrollar experiencias de lecturas compartidas (capítulo 3).
En su epílogo la autora da respuestas a preguntas frecuentes que las familias se hacen en relación a la lectura y sus hijos: ¿qué aprenden los niños y las niñas cuando aprenden a leer?, ¿cuánto dura el aprendizaje?, ¿qué podemos hacer como padres y madres para que nuestros hijos lean?, ¿qué tipo de libros les gustan a nuestros hijos? ¿qué podemos hacer ante las dificultades lectoras de nuestros hijos?, ¿cómo seleccionar un libro para nuestro hijo/a?, ¿a mi hijo no le gusta leer, ¿qué puedo hacer?, ¿a mi hijo le gusta mucho leer ¿qué puedo hacrer?, ¿por qué a cierta edad hay chavales que leen menos?, ¿qué puedo hacer? y ¿lectura y televisión son compatibles?

domingo

Ideas para fomentar la lectura entre los hijos


  • La primera: Crear en casa un ambiente de lectura. Ver al padre o a la madre con un libro o un periódico en las manos se convierte en una referencia importante del propio comportamiento. Supone además que en la familia hay ratos dedicados a la lectura a los que los hijos se pueden sumar.
  • La segunda: Hablar sobre libros. Oír cómo se comenta el interés -o incluso el aburrimiento, por qué no- que suscita la novela que tienes entre manos prolonga la actividad lectora; se crea una transmisión de saberes y de comunicación muy importante para cimentar el gusto lector.
  • La tercera: Leer los libros apropiados para tu hijo. Acercarse a la inmensa oferta actual de libros infantiles y compartirlos con los hijos va a suponer para muchos padres el descubrimiento de una literatura rica y variada, que proporciona momentos de conversación e intercambio con los niños.
  • La cuarta: Buscar entre esta oferta temas que conecten con sus aficiones. Hay libros infantiles sobre muchos campos y dirigidos a mentalidades y edades muy variadas. No hay duda de que sobre lo que le gusta a tu hijo hay también títulos interesantes que le pueden atrapar.
  • La quinta: Convertir la tele en una aliada, no en un enemigo. Si la pequeña pantalla es lo que realmente le engancha, hay que fijarse en sus programas y películas preferidos y tratar de buscar libros relacionados con su pasión. Tenemos ya garantizado un mínimo de interés.
  • La sexta: Conocer la biblioteca pública del barrio. Los fondos de la sección infantil y juvenil de las bibliotecas públicas ofrecen muchos más libros de los que se puedan comprar en casa. Suelen celebrarse además actividades de animación a la lectura y encuentros con otros lectores.
  • La séptima: Incluir en las salidas de compras una vuelta por una buena librería. Aunque no se compre nada, es bueno ver las novedades que han aparecido, o qué hay sobre un autor o un tema que le interesó.
  • La octava: Tratar de averiguar qué tipo de lector es nuestro hijo y respetar sus ritmos. Hay lectores compulsivos, que no paran hasta que hayan terminado el libro. Los hay, en cambio, calmosos. Hay lectores a quienes les gusta releer el mismo libro y los hay ávidos de novedades. Los hay noctámbulos y diurnos. Darle un margen a su manera de leer contribuye a consolidar el hábito.
  • La novena: No empeñarse en que le guste lo mismo que a sus padres. Hay que recordar que se está forjando su gusto por la lectura, no el de papá y mamá. Y hay que saber esperar para dar los libros adecuados en el momento oportuno.
Fuente: SoloHijos.com

sábado

LEER DESDE LA FAMILIA
Para empezar a hablar de la LECTURA, en relación con vuestras NIÑAS y NIÑOS (hijas, hijos, sobrinas, nietos, conocidos…) partiremos de una idea básica muy importante:
Hay que tener en cuenta que es necesario leer (TAMBIÉN y ESPECIALMENTE) fuera de la escuela, en la cotidiana cotidianeidad de cada día y en todas las situaciones.
Leer es necesario para que un individuo se desenvuelva en la sociedad, para crecer como persona y para poner en marcha el cerebro. Y el entorno familiar es uno de los factores más importantes a la hora de iniciar a los menores en el aprendizaje de la lectura y para consolidar este aprendizaje. Es por esto que los padres, las madres, los parientes y amigos deben de contribuir a proporcionar un ambiente que estimule la lectura de los menores

domingo

La lectura en familia, ¡una gran aventura!

Familia y lectura

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