lunes

Feliz verano, felices lecturas




Consejos de lectura de verano para padres


El verano es un excelente momento para que los niños lean lo que más les gusta, para aprender cosas nuevas y divertirse.


La lectura de verano es una buena forma de evitar que los niños pierdan terreno sobre lo aprendido durante el año. Según estudios, la lectura de verano puede mejorar los logros académicos generales del alumno, especialmente cuando empieza la escuela en otoño.
Como padre o madre, hay varias cosas que puede hacer para incentivar a su hijo a leer y fortalecer sus destrezas de lectura y escritura durante el verano. Colorín Colorado ha compilado una lista de consejos de lectura de verano a partir de un número de fuentes.
Tenga en cuenta que estos consejos son adaptaciones de las listas originales. Las fuentes para cada consejo se indican entre paréntesis. El artículo usa el género masculino para referirse a los niños en general, pero incluye tanto a varones como a mujeres.

En casa

Haga tiempo para leer
Durante los agitados meses de verano, puede resultarles difícil a usted y a su hijo encontrar el momento para leer. Reserve un momento tranquilo del día para leer y recuerde incluir "tiempo para leer" cuando planee sus actividades de verano.
Tenga distintos tipos de materiales de lectura en la casa
Para estimular la lectura en casa, tenga material de lectura en toda la casa, como periódicos, revistas, folletos, etc. También tenga a mano elementos divertidos, por ejemplo, juegos de palabras, crucigramas o la sección infantil del periódico. Esto hará que el niño tenga más acceso a los libros y el material impreso, y le dará más oportunidades de practicar la lectura.
Combata el aburrimiento con los libros
Ayude a su hijo a buscar libros que le resulten interesantes, ¡en especial los días de lluvia! Estos pueden ser libros de no ficción, libros de hechos divertidos, libros sobre manualidades, libros para hacer proyectos o libros de cocina con recetas que pueden hacer los niños.
Lean en voz alta todos los días
Trate de buscar un momento del día para leerles en voz alta a sus hijos, incluso a los más grandes. Leer en voz alta beneficia a los niños y los adolescentes, en especial a los que leen con dificultad. Lea en voz alta en distintos lugares, desde el vestíbulo hasta el parque. ¡Y no tema usar voces tontas y actuar los personajes!
Incentive a sus hijos a aprender palabras nuevas
Enséñeles palabras nuevas a sus hijos todos los días. Conversen sobre el significado de las palabras y cómo se usan.
Escriban cada día
Tenga a mano material para escribir, como lápices, papel y ceras para que su hijo practique la escritura. Incentive a su hijo a escribir cartas o postales a sus amigos o parientes durante el verano, a llevar un diario, a hacer un cuaderno de recortes del verano o a escribir cuentos y poemas. Pídale ayuda a su hijo para hacer la lista de las compras o para copiar una receta.

En la biblioteca

Ayude a su hijo a obtener un carné de biblioteca pública
Tener su propia tarjeta de miembro de la biblioteca hará que su hijo se sienta especial y lo motivará para sacar libros u otros materiales de la biblioteca. Asegúrese de que entienda la política de devolución de la biblioteca.
Visite la biblioteca habitualmente y busque programas de lectura de verano
Las bibliotecas pueden ser lugares mágicos durante el verano y a menudo ofrecen programas de lectura de verano, clubes del libro y eventos para niños como marionetas o narraciones en vivo. También pueden ofrecer listas de lectura de verano adecuadas según la edad. Consulte el calendario de la biblioteca para ver los eventos especiales de verano. Para obtener más información sobre los distintos tipos de servicios que ofrecen la mayoría de las bibliotecas públicas, lea la sección de Colorín Colorado, ¡Visiten su biblioteca pública!
Busque materiales y programas en español que ofrece la biblioteca
Muchas bibliotecas ofrecen libros en español o libros bilingües (para niños y para adultos), y también actividades como una hora de cuentos en español u otros programas de lectura. Consulte qué ofrece su biblioteca local.
Ayude a su hijo a escoger libros adecuados a su nivel
Una buena forma de determinar si su hijo está leyendo libros adecuados a su nivel es hacer que lea un página del libro que ha escogido (cualquier página salvo la primera). Si lee fluidamente y entiende lo que lee, el libro puede ser adecuado para su nivel. Si comete cinco o más errores en un fragmento de aproximadamente 50 palabras, quizá el nivel sea un poco alto. Los bibliotecarios también pueden ayudarlo a elegir libros indicados para el nivel de sus hijos.
Deje que su hijo escoja lo que va a leer
Deje que su hijo escoja su propio material de lectura, por ejemplo, ficción popular, revistas, novelas gráficas y libros de historietas. El verano es un momento en el que los niños pueden descubrir el placer de la lectura y se sentirán más motivados si leen algo que les gusta. Si le preocupa el contenido de lo que está leyendo su hijo, converse acerca de lo que le interesa y fije algunas pautas para que haga las elecciones apropiadas.
Busque revistas infantiles en la biblioteca
Las revistas son una excelente forma para que los niños practiquen la lectura, aprendan cosas nuevas y aumenten su vocabulario. Quizá encuentre la revista preferida de su hijo en la biblioteca o bien puede suscribirse para recibirla en su casa.

Excelentes hábitos de lectura de verano

Dé el ejemplo como lector
Asegúrese de que su hijo lo vea leer y escribir, ya se trate de leer el periódico de la mañana o escribir la lista de las compras. Cuéntele a su hijo lo que está leyendo y acerca de qué libros leía usted de pequeño. Apague la televisión para dar lugar a un momento tranquilo de lectura. Cuando los niños ven que leer es una parte importante de su vida, entienden que leer también puede ser importante para ellos.
Agréguele diversión
No establezca reglas sobre leer por un tiempo determinado o leer un mínimo número de páginas y no imponga la lectura como un castigo. ¡Añádale diversión para que su hijo quiera volver a hacerlo!
Conversen sobre lo que lee su hijo
Conversen sobre los libros que usted y su hijo han leído juntos, lo que les gustó, lo que no les gustó o cuál era su personaje preferido. Pídale a su hijo que le cuente sobre lo que está leyendo. Las bibliotecas también pueden ofrecer grupos de debates sobre libros para niños o charlas en línea con los autores.
Déle la oportunidad a su hijo de que le lea a usted en voz alta
Leer en voz alta le dará la posibilidad a su hijo de practicar sus destrezas de lectura. Incentive que vuelva a leer libros preferidos que puede leer con facilidad. Pídales a los niños más grandes que le lean cosas que ellos encuentran interesantes, como la página de los deportes, una novela de detectives o una revista de música.
Escuchen libros en audio
Si van a pasar mucho tiempo en el automóvil o en la casa, alquile libros en audio o CD de la biblioteca y escúchenlos juntos. Ésta también puede ser una manera excelente de incentivar el desarrollo lingüístico o incentivar a los niños con discapacidades de aprendizaje para que disfruten de leer cuentos.
Relacione los libros con las actividades de verano y los viajes
Lean libros que se relacionen con sus actividades de verano y sus viajes. Por ejemplo, pueden leer un libro sobre dinosaurios después de visitar un museo de historia natural o un cuento sobre castillos de arena cuando están en la playa. Ayudar a sus hijos a relacionar los libros con sus propias experiencias contribuirá a aumentar su vocabulario y le dará más significado a sus experiencias. Los niños más grandes también pueden disfrutar ayudando a armar sus planes de verano investigando en la biblioteca o en Internet. Para consultar más ideas sobre este tema, lea Darle importancia a la lectura.
Al incentivar a sus hijos con las actividades de lectura de verano, los ayudará a hallar maneras divertidas de dedicarse a leer durante el verano y al mismo tiempo mantendrá la buena salud de sus destrezas de lectura.

jueves

Cómo hacer que los niños odien la lectura



Hay muchos artículos interesantes que tratan de dar consejos para que los niños y niñas odien la lectura. Uno de ellos es "Nuevas maneras de enseñar a los niños a odiar la literatura", de Gianni Rodari (CLIJ, nº 187, Noviembre 2005). En su Proyecto de Animación a la Lectura, el Colegio Juan de Vallejo recoge un resumen de este artículo. Por otra parte, en una sección del Servicio de Orientación a la Lectura (SOL), Kepa Osoro escribe "Cómo enseñar a los niños a odiar la lectura". Igualmente, el Laboratorio de Lectura de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, publica "Tips para conseguir que los niños odien la Lectura". Y en su "Guía práctica para hacer hijos lectores", de Joan Carles Girbés, la Generalitat de Cataluña se hace eco de consejos, estrategias y actuaciones para fomentar la lectura, de donde se puede extraer "Diez consejos infalibles para que los niños odien los libros". Sin olvidar, de Daniel Pennac, "Los diez Derechos del Lector", en su excelente libro "Como una novela", imprescindible para quienes se interesen por este tema.

Me gustaría extraer de estas fuentes citadas un breve resumen. Para padres/madres y maestros/as.

1. Cuando empiecen a leer en voz alta, interrúmpelos constantemente para marcarles sus errores.
2. Exígeles que lean los libros que a tí te gustaron, de principio a fin, aunque no les atraiga la historia.
3. Menosprecia sus gustos y no respetes su criterio.
4. Oblígales a leer, como si tuvieran que comerse ese plato de lentejas que tanto odian, frío.
5. Convierte los libros en "tareas" escolares: mándales resumenes, fichas, actividades... interrógales e intenta controlar si han leído un libro que quizás tú no hayas leído.
6. Échales a menudo en cara que no les gusta leer.
7. Confronta la lectura con otras actividades, por ejemplo: "si no lees, no verás tu programa de televisión favorito, o no jugarás en el ordenador".
8. Sermonéales con tu aburrido discurso sobre los beneficios de la lectura.
9. Convierte la lectura en algo utilitario, en una herramienta académica solamente.
10. Niégate a leerles cuentos, a contarles historias, a jugar con el lenguaje, a disfrutar con ellos los momentos de lectura.
 
 


 

viernes

La importancia de la lectura compartida

La importancia de leerle a los niños/as pequeños


Una de las mejores maneras de combatir las dificultades lectoescritoras desde las edades más tempranas está en las manos de los padres, pues la lectura compartida es el inicio de una gran enseñanza que mejorará las habilidades lectoras de todos los niños/as, sean disléxicos o no.
La lectura compartida es una actividad agradable que tiene enormes beneficios para todos los niños/as, aunque está especialmente indicada para niños/as que tengan antecedentes familiares de dislexia, dificultades o trastornos del lenguaje oral en la primera infancia, etc.
Han sido muy numerosos los estudios que han demostrado la eficacia de la lectura compartida, por ello os ofrecemos una introducción a la lectura compartida para despertaros la motivación por este arte.
Como plantea Daniel Pennac en “Como una novela”, el primer paso para apreciar la lectura es oír leer, por tanto el niño/a siente ganas de aprender a leer cuando ve al adulto leerle en voz alta. Oír leer a los padres en voz alta crea el deseo de imitar ese rol y de querer descifrar esos mensajes por sí mismos. Para ellos es algo mágico e incomprensible que unos garabatos que no entienden ni reconocen puedan esconder divertidas historias, en general, no entienden como esos garabatos pueden “hablar”.
Aunque los beneficios de la lectura compartida no se reducen a despertar el interés por el aprendizaje de la lectura, pues también provoca una estimulación a otros niveles, especialmente a nivel cognitivo, lingüístico y afectivo.
Beneficios a nivel cognitivo:
La lectura compartida desde la primera infancia estimula el aprendizaje a través de conocimientos que no se suelen transmitir mediante conversaciones de la vida cotidiana y fomenta el razonamiento del niño para crear asociaciones entre el mundo que le rodea y su propia experiencia. Le ayuda a plantearse preguntas, a extraer significados, a representar e interpretar el entorno y los acontecimientos que se producen en este, les enseña a elaborar esquemas mentales y a organizar y a retener mejor la información. Es decir, se desarrollan notablemente la mayoría de procesos cognitivos que posteriormente influirán en el aprendizaje.
Beneficios a nivel lingüístico:
El leerle a los niños/as de manera frecuente desde sus primeros años de vida les ayuda a ampliar su vocabulario y a desarrollar estructuras sintácticas más elaboradas y complejas, a reconocer y aprender las reglas de cohesión del texto y les permite tomar conciencia de aspectos lingüísticos como los límites entre palabras, la prosodia y la relación, diferencias y similitudes, entre el lenguaje oral y el escrito, lo que les permitirá enfrentarse con mayor éxito al aprendizaje de la lectura y la escritura.
Beneficios a nivel afectivo:
El niño/a al que sus padres le leen con frecuencia aprecia y admira la lectura, pues la relaciona con la protección y con la voz, la entonación y la atención de aquellos con quiénes tiene más confianza. Por tanto los padres le transmiten el gusto por las palabras y por el conocimiento, lo cual le da al niño seguridad, aumenta su autoestima, interés y curiosidad por aprender. El niño/a asocia la lectura a sensaciones positivas y placenteras que le ayudan a forjar una personalidad estable, comunicativa y basada en la inteligencia emocional que se desarrolla durante la lectura compartida.
Además, la lectura en voz alta no debería ser objeto exclusivo de los padres, sino que en los primeros años de la escuela es muy importante que se les lea a los niños en voz alta. Pues al darse esta actividad en grupo se permite que compartan sus curiosidades, comentarios y representaciones, por lo que se fomentan las relaciones intelectuales entre iguales.
Como comenta José Morais en su libro “El arte de leer”, numerosos estudios han demostrado que el éxito del aprendizaje de la lectura está estrechamente influido por la estimulación intelectual y literaria proporcionada por la familia durante los primeros años de vida. Por tanto, leer cuentos a los niños pequeños contribuye al éxito del aprendizaje de la lectura de manera significativa, así como fomenta el desarrollo lingüístico, cognitivo y emocional del niño

lunes

Una docena de consejos para que a tus hijos les mole leer

Una docena de consejos para hacer que a tus hijos les mole leer
Todos sabemos leer. A todos nos enseñaron, dominamos (en teoría) la técnica por la que unos signos extraños adquieren un sonido y luego se unen formando palabras, frases y párrafos llenos de significado.
Pasar de ver la lectura como algo que sirve para moverse para el mundo, algo obligatorio a disfrutarla como uno de los mayores placeres que tenemos a nuestro alcance es otro tema y no todo el mundo lo consigue.
Todos queremos que nuestros hijos lean, que se aficionen a la lectura, que descubran ese placer a su alcance, al que podrán recurrir siempre para aprender, para soñar, para disfrutar, para pensar, para llorar a mares, para reírse a carcajadas, para descubrir otras vidas, para evadirse. Leer para vivir.
¿Qué podemos hacer para transmitirles ese interés? ¿Para conseguir que la lectura sea un hábito y un placer? No hay una receta mágica… pero hay unas cuantas cosas que sí podemos hacer.

1. Leer, leer, leer, leer, leer, leer

Esto es tan obvio que da vergüenza tener que decirlo pero si tú no lees jamás, si tus hijos no te ven leer ¿cómo van a aficionarse a algo que no conocen, que les resulta ajeno? Tienen que verte con un libro en la mano. Igual que tu hijo jamás será tenista de éxito si no lo llevas a jugar al tenis, tampoco se aficionará a leer si no lo ve la lectura como algo normal a su alrededor.

2. Tener libros en casa

Tener libros en casa, tenerlos en estanterías en el salón, en tu cuarto, en su cuarto, en una pila en tu mesilla, encima de la mesa. Organizados por temas, por orden alfabético, sin ningún tipo de orden. Libros como algo habitual y normal, no como algo “místico” y lejano. Libros gordos, libros finos, libros con muchas fotos y poca letra, libros sin dibujos, libros pequeños, grandes, de colores, libros nuevos, libros viejos, heredados, comprados, usados.

3. Llevarles a la biblioteca

Para hacerles conocer los libros y su mundo nada mejor que llevarles a la biblioteca. En casi todas ellas hay una zona infantil llena de libros pensados para ellos en sus distintas etapas. Tampoco hay que volverse loco y un fundamentalista absurdo y empeñarse en llevar al niño de 1 año a la biblioteca todas las semanas porque sencillamente no se entera, pero a partir de los 3 o así conviene crearles el habito de ir de vez en cuando (semanal o quincenalmente) a la biblioteca. Las actividades que organizan allí como talleres de lectura, cuentacuentos y demás están muy bien, pero no hay que olvidar cual es su función principal: prestar libros. Hay que enseñarles cómo funcionan, hacerles el carnet y dejarles pulular por las estanterías y que cojan lo que quieran.

4. Trato con los libros

Leer no implica solo juntar las palabras. Leer implica que te gusten los libros, tenerlos, usarlos, colocarlos, verlos en las estanterías, ordenarlos, desordenarlos, prestarlos. Tienen que verte tratar con los libros, acarrear uno al sofá, de ahí a la cama, leer mientras desayunas, llevar un libro en el bolso, a la playa, en vacaciones. Leer en la sala de espera, en el parque mientras ellos juegan. Verte usar y tratar los libros los hace cercanos, los acerca a su vida. Tener libros y poder tocarlos, manejarlos, y usarlos los hace a la vez cercanos en el trato y misteriosos en el contenido.

5. Establecer una rutina lectora

Igual que se enseña (o se intenta) el hábito de comer, de dormir, de ducharse y de recoger la habitación se puede enseñar a adquirir el hábito de la lectura. Advierto que es duro y a veces fantasearás con el pensamiento “bueno, si no se aficionan a leer tampoco pasa nada”… porque a última hora del día, cuando ya lo tienes limpios, cenados y acostados… la rutina de “leer un cuento” puede ser terrorífica según el día, el cuento y su estado de ánimo.
Por supuesto para esto hay que desechar la idealización esa de las pelis que todos tenemos en la cabeza: ellos empijamados, tú pletórico de fuerzas y colmado de amor por tus hijos, iluminados por una lámpara de princesas, dinosaurios o astronautas en una escena idílica leyendo un cuento molón. La realidad se asemeja más a tú utilizando tus últimas fuerzas del día, mientras ellos protestan y tú lees por enésima vez un cuento espantoso y que a pesar de tener 20 páginas se te hace eterno. Por supuesto y por si alguien cree en ello, los niños JAMÁS se duermen mientras les lees un cuento y si hay más de uno se pelearán por el sitio, por ver, por el cojín, por la almohada…
Tampoco hay que fanatizarse con eso, si un día no te apetece o ellos no tienen ganas, no pasa nada, pero piensa que al final funciona. Un día llegarán y dirán: me voy a la cama a leer… y se te caerán las lágrimas de la emoción.
Después llegará el día en que no habrá manera de apagarles la luz, pero de eso ya te preocuparás más adelante.

6. Nunca obligar a leer un libro

Que lean lo que quieran, obviamente dentro de lo que es más o menos adecuado a su edad, pero nunca obligarles a coger un libro sencillamente porque a ti te encantó. Que lean lo que quieran, que se atiborren a Gerónimo Stilton, o Harry Potter o que decidan leer solo libros de fantasía. Exactamente lo mismo haces tú, lees lo que te apetece, lo que te llama y poco a poco has ido saltando de unas cosas a otras, lo mismo les ocurrirá a ellos si les dejas y llegarán a dónde tú quieres, a dónde a ti te interesa que lleguen, a leer algo que te gusta a ti y poder discutirlo con ellos. Primero se adquiere el hábito de leer y después el gusto lector… y el gusto lector es muy personal y puede que no lo compartáis o que tardéis un tiempo en compartirlo.

7. Que lean cómo y cuándo quieran

Una vez que han adquirido el hábito de leer, pueden tener rachas de no soltar el libro y otras de no apetecerles o dejarlo a los diez minutos. Déjales, es su ritmo lector igual que tú tienes el tuyo. Puede que lean muchísimo en invierno y en verano se dispersen, puede que no dejen el libro en la playa y no te hagan ni caso, puede que lean tirados en el suelo, subidos a una mesa, que les den las dos de la mañana o que no lean en un mes. Déjales a su aire… poco a poco lo controlaran.

8. No regalar libros en contraposición a juguetes

Leer es un placer y jugar también. No son cosas opuestas y nunca jamás hay que decir cosas horribles del tipo: “no te regalo un juguete, te regalo un libro” como si un libro fuera lo bueno y un juguete lo malo. Hay tiempo para jugar y tiempo para leer y atiborrar a un niño de libros cuando lo que quiere es una muñeca o motos o coches o unos patines es una putada y un sinsentido; seguirá queriendo su juguete, odiará el libro y te odiará a ti.

9. Enseñarles parafernalia libresca

Escribir su nombre en el libro cuando lo compran o se lo regalan, ordenarlos en la biblioteca, tener un cuaderno donde apunten los libros que han leído, que han cogido de la biblioteca, quién se los ha regalado. Hacer dibujos de los personajes y ponerlos en la nevera mientras los están leyendo, buscar las pelis sobre los libros después de que los hayan leído… todo un mundo de cosas para hacer que no mejoran la lectura pero que mola y engancha.

10. Darle un poco de misterio

Establecer con ellos un vínculo misterioso a través de los libros. Rebuscar entre tus libros el título justo que quieres o comprar el libro que en un determinado momento te marcó y quieres regalarles y dárselo diciendo: “Mira, este libro lo leí yo cuando tenía tu edad y me encantó, espero que te guste”. Por supuesto, volvemos al punto 6, no hay que obligarles a leerlo. Se echa la caña y se espera… con el tiempo acaban picando.

11. Compartir una lectura en alto

Esto no es exactamente igual que establecer una rutina lectora. Cuando les lees un cuento por la noche lo haces para que se acostumbren a tener ese rato para leer, compartir una lectura en alto persigue otra finalidad. Se trata de acercarles un libro más de mayores, que ellos solos no podrían leer porque “es demasiado gordo” e introducirles en ese mundo de tu mano. Tú lees en alto y ellos escuchan, preguntan lo que no entienden, se preocupan por los personajes, por lo que pasará, por lo que no pasará, a veces querrán que sigas leyendo más allá de tus fuerzas, otras veces no querrán que empieces, querrán leer ellos en alto…Compartir esa lectura tiene que ser un momento especial y que al terminar digan: cuando sea más mayor lo voy a leer yo solo.

12. Leer, leer, leer, leer

Es obvio pero indispensable y por eso lo repito. Si tus hijos te ven leer, te ven disfrutar con la lectura. Ven que en cuanto tienes un hueco te pones a leer, que tratas los libros con mimo, que los quieres. Te ven reírte, llorar, abstraerte. Si contestas a sus preguntas con algo como “Lo he leído en un libro” o al ver una película les dices: “en el libro pasan más cosas”…les irás metiendo poco a poco el gusanillo de la lectura, del interés y el amor por los libros.



Leer mola, enséñaselo.

UNA DOCENA DE CONSEJOS PARA QUE A TUS HIJOS LES MOLE LEER

 

sábado

ALGUNAS DE NUESTRAS NOVEDADES PARA ADULTOS

La desaparición de la niñez, de Neil Postman


La niñez empezó a existir a partir de la invención de la imprenta y está desapareciendo bajo el embate de la televisión. Por supuesto que dicho así parece una soberana tontería, y requiere bastantes matices para empezar a entender qué es lo que quiere decir Postman.

Las últimas amazonas, de Steven Pressfield.

las ultimas amazonas-steven pressfield-9788425337796
Una historia de grandes dimensiones épicas, en torno a las míticas Amazonas, crueles guerreras y amantes apasionadas. Steven Pressfield, el celebrado autor de Puertas de fuego, recrea la leyenda del rapto de Antíope, reina de las amazonas, a manos de Teseo, rey de Grecia, y sus desposorios. Dos años más tarde, las feroces c...

El escarabjo verde, de Philipp Vandenberg

el escarabajo verde-philipp vandenberg-97884080698671887. Frontera himalaya con el Imperio británico. Una expedición encabezada por el doctor John Elliot, científico especialista en grupos sanguíneos, está investigando los rumores acerca de una incursión rusa en las remotas tierras de Kalikshutra, territorio sobre el que se cierne una tenebrosa leyenda que acosará a Eliot du...

La hija del curandero, de Amy Tan:

La entrañable historia de dos generaciones de mujeres chinas. La anciana Lilung recupera su infancia y juventud en China escribiendo todo lo que recuerda, y su hija Ruth, una escritora por encargo sumida en problemas existenciales, descubre un pasado familiar rico y revelador.
En el transcurso de un año, madre e hija reconcilian sus historias y conjuran el pesar de sus sueños rotos y la fuerza de ese amor que permite recobrar en la memoria aquello que hemos perdido en el dolor.
La hija del curandero - Amy Tan

domingo





CÓMO HACER


EL RESUMEN DE UN CUENTO


(1º y 2º Primaria)





Estas son unas orientaciones para elaborar el resumen escrito de un cuento.


Son unas pautas para las familias de niños de 1º y 2º de Primaria.





Leer el cuento con ellos.


La tarea comienza leyendo el cuento. Lo hará el niño o la





niña. Si se equivoca, les pueden decir “no”, para que intenten corregir el error. Si no


saben leer una palabra se lo indicarán.





Comprobar que lo han comprendido.


Al terminar pueden comprobar la comprensión





haciéndoles preguntas


sobre el cuento: cuáles son los personajes, qué hacen, que





ocurría al principio, qué sucedió después y cómo termina la historia. Este apartado





todavía no se escribe


.





Si el niño o la niña no lo ha comprendido pueden animarlo a realizar


una segunda





lectura


, resaltando con ellos los aspectos principales.





Por lo general, en estas edades los niños


no pueden hacer una comprensión global





del texto. Su comprensión y recuerdo es una suma de fragmentos.





Escribir el resumen.


Para escribir el resumen pueden seguir el siguiente esquema:





Escribe el título del cuento y los personajes que en él aparecen.


Escribir brevemente


qué sucede al principio de la historia.





Escribir brevemente


qué ocurre después.





Escribir


cómo termina el cuento o la historia.





Pueden escribir qué es


lo que más les ha gustado del cuento.





Orientaciones sobre la ortografía


. Es conveniente que no les corrijan las faltas de





ortografía, así su maestro o maestra puede comprobar el nivel del niño. Sin embargo,


sí le harán indicaciones si su hijo o hija les pregunta por la escritura de algunas


palabras.





Elaborado por Jesús Jarque García














www.jesusjarque.com

jueves

Nuestro Cuento de Navidad

Entre tod@s escribimos un Cuento de Navidad y que también representaremos en nuestro colegio. Una vez lo tengamos terminado, pensaremos un título que lo describa. También nos ayudarán las mamás y los papás.

lunes

Cinco claves para amar los libros


Las claves para que un niño adquiera el gusto por la lectura son infinitas, pero el académico Daniel Cassany señala que hay tres aspectos imprescindibles.
“El niño tiene que tocar el libro, la parte física importa; debe tener a alguien que le facilite el acceso a los textos; y debe comprender que los libros le permiten ser mejor, hacer cosas que otras no le permiten”. Para el escritor e investigador español, leer no es solo ‘oralizar’ en voz alta sino “entender que el mundo en el que vivimos hay flores, sofás… pero también hay libros y esos sirven para lograr cosas importantes”. Recalca que la lectura no empieza en el momento que el niño aprende a leer sino antes, desde que aprende a pasar las páginas de un libro, así sea uno que solo tenga imágenes. Cassany recuerda que es imposible pretender que a un niño le gusten los libros si no conoce cómo pasar bien con ellos. Muchas veces el único contacto con los textos es en la escuela, como obligación. “Cuando hay castigos e imposiciones no se va a crear una actitud positiva hacia la lectura”. Vídeo DANIEL CASSANY Daniel Cassany, profesor e investigador de análisis del discurso
  • Es un error pensar que la lectura es solo cuestión de la escuela. La familia, no solo los padres sino los demás integrantes, deben involucrarse en el aprendizaje del niño.Es imprescindible que ellos ayuden a que el menor adquiera ese gusto por la lectura. No deben esperar a que él o ella tenga edad para leer, sino empezar leyéndoles textos ya sean cuentos o libros . Una buena alternativa es que cada noche, antes de dormir, le lea una historia. La transmisión oral es también una manera de que ellos se interesen por los libros. Puede elegirlos solo con imágenes e inventarse historias para luego pasar a los que ya tienen texto. Modular la voz y pedirle que él cambie el final de la historia son maneras de que ambos se involucren en el ejercicio. Cuando un familiar le dedica tiempo, así sea unos minutos diarios, a que el niño esté en contacto con la lectura, el menor tendrá una probabilidad mucho mayor de que, cuando sea adulto, disfrutará de la lectura. También pueden sentarse juntos a escribir un correo electrónico. Aunque no sepa escribir, entenderá que eso le permite comunicarse con otros.
  • Compartir, conversar y participar. Cuando su hijo ya aprenda a leer y tome un libro, no lo deje solo. Muestre que le interesa lo que está leyendo, pregúntele sobre el texto y así lo ayudará a desarrollar su lectura comprensiva. Desde que es pequeño, ayúdelo a que se genere ese interés por el libro físico, muéstrele las imágenes y que él describa lo que ve, lo que cree que sucede. Esté atento a todo lo que él dice. Usted debe entender que el libro es un instrumento que necesita ser mediado y que el menor de edad requiere de alguien que le enseñe a utilizarlo. Hay varias maneras de despertar y aumentar la atención e interés de ellos frente a los libros. Idee diferentes maneras para que el texto no se quede solo en la oralización sino que haya una retroalimentación. Elija un libro y léaselo durante varias noches seguidas, así se crea un buen hábito y él esperará el momento con ganas.
  • Enséñeles con el ejemplo. Procure que su hijo lo vea leer de manera frecuente y, si es posible, coméntele qué está leyendo, así también puede despertar más interés. Cuando ellos ven a sus padres leer entienden que es una actividad que disfrutan y de alguna manera se motivan más. Si a usted no le gusta leer, al menos intente no transmitirle ese sentimiento de rechazo porque puede que también lo adquiera. Busque una persona cercana, su esposo o esposa, otro hijo, un primo, cualquiera que pueda dedicarle un tiempo a su hijo para compartir la lectura. Es mucho más difícil que un niño se enganche con la práctica de la lectura si en casa nunca ha visto a sus familiares con un libro.
  • Llévelos a la biblioteca. Si en su casa no tiene demasiados libros o no tiene la posibilidad de comprarle varios textos para que los tenga en su cuarto, las bibliotecas son la mejor opción. Hay públicas y privadas y por lo general sí tienen la sección de niños. En las bibliotecas hay actividades para los niños como teatro infantil, clases de música, de pintura, de cerámica, otras actividades culturales que también se combinan con la lectura. En la biblioteca el niño puede compartir más con sus padres, es una interacción más rica porque está rodeado de textos y puede comprender la importancia que tiene el acceso a los libros. Procure que esta visita se vuelva un buen hábito . Como parte de la lectura también se puede escribir pequeños textos sobre lo que recién ha leído.
  • No le tema a la tecnología. La computadora y la televisión son muy valiosos por toda la información que proporcionan. Véalos como herramientas que ellos pueden manejar y aprovechar. Debe tener en cuenta los horarios para el uso de la computadora y para ver televisión. Considere que hay programas de televisión educativos, priorice esos. Antes de ver un programa conversen sobre lo que van a ver y aprender. Cuando se acabe pueden conversar sobre lo visto. Los diálogos y la retroalimentación también son parte de despertar ese interés por conocer nuevas cosas. Hay que ver críticamente la televisión, entender que transmite diferentes discursos. Tampoco les prohíba los programas de entretenimiento pero procure que los vea menos. Cuando tenga algún deber puede ayudarlo a consultar en Internet y en una enciclopedia que tenga en casa. Comparen los resultados de los textos juntos.
.
Fuente: Diario EL COMERCIO

martes

Taller de cocina con recetas para realizar con los niños

Hacer con los niños recetas de cocina, elaborarlas y manipular alimentos resulta muy divertido. El educador debe motivar a los niños e implicarlos en cada actividad para de esta manera desarrollar conductas nutricionales adecuadas y equilibradas.
Los objetivos principales del taller de cocina son:
Estimular el interés por la comida sana.
Desarrollar los procesos lógicos ( asociación, clasificación...) y los procesos cognoscitivos ( manipular, mezclar, separar...)
Promover el aseo.
Realizar dramatizaciones.
Obtener una recompensa rápida.
Al comenzar el taller hay que lavarse muy bien las manos, ponerse un delantal o baby y recogerse el pelo. A continuación se presentan los materiales a los niños y se les indica su uso.
Al terminar se lavarán todos los utensilios utilizados, se limpiarán las mesas y se dejará todo recogido.
En el  siguiente enlace encontrarás recetas muy fáciles y divertidas para realizar con los peques.

miércoles

LEER DESDE LA FAMILIA



POTENCIAR LA LECTURA DESDE LA FAMILIA


Para empezar a hablar de la LECTURA, en relación con vuestras NIÑAS y NIÑOS (hijas, hijos, sobrinas, nietos, conocidos…) partiremos de una idea básica muy importante:
Hay que tener en cuenta que es necesario leer (TAMBIÉN y ESPECIALMENTE) fuera de la escuela, en la cotidiana cotidianeidad de cada día y en todas las situaciones.
Leer es necesario para que un individuo se desenvuelva en la sociedad, para crecer como persona y para poner en marcha el cerebro. Y el entorno familiar es uno de los factores más importantes a la hora de iniciar a los menores en el aprendizaje de la lectura y para consolidar este aprendizaje. Es por esto que los padres, las madres, los parientes y amigos deben de contribuir a proporcionar un ambiente que estimule la lectura de los menores.
CINCO GRANDES CONSEJOS
Teniendo en cuenta que por poco tiempo que tengamos para estar con ellos siempre hay situaciones de interrelación e intercambio, os propongo en principio cinco grandes consejos:

HABLADLES, DESDE QUE NACEN. Cuantas más palabras escuchen más palabras conocerán, más palabras podrán entender y utilizar en su conversación diaria. Al enriquecer el lenguaje se enriquece también el pensamiento.

ESCUCHADLES. Cuanto más se les escuche y se aprecie lo que dicen, mejor podrán desarrollar patrones de lenguaje apropiados y se sentirán importantes por comunicar lo que sienten, piensan o quieren.



QUE OS VEAN LEER CADA DÍA. Cada vez que lo hacéis estáis desarrollando su aprecio por los libros y por la lectura.

CONTADLES O LEEDLES HISTORIAS, CUENTOS O POESÍAS, CADA DÍA Con ello les estáis familiarizando con un lenguaje más elaborado, que es el instrumento idóneo para su desarrollo intelectual.


AYUDADLES A AUMENTAR SU VOCABULARIO. Estimuladles para que hagan preguntas sobre todo lo que les rodea. Con dos condiciones: que os comprometáis a contestarlas todas en un lenguaje que puedan entender y que les dejéis claro que todas las preguntas son buenas y por preguntar nunca harán el ridículo.


EN LAS SITUACIONES COTIDIANAS CON LOS PADRES
  • Tened la televisión apagada y encendedla para ver un programa concreto. Que lo normal sea tenerla en casa apagada. La televisión, además de distraer la atención impide cualquier otra actividad. Además, se aprende a percibir la realidad como algo cambiante que no necesita de ningún esfuerzo para ser percibido y que dificulta el aprendizaje de la lectura. Porque para leer hay que descifrar con un cierto esfuerzo algo que está quieto en un papel.
  • Desde que son pequeños, mirad con él libros de dibujos y contadles historias. Estad atentos a lo que en cada época les interesa para proporcionarles historias y libros que hablen de ello. Hay libros sobre todas las cosas.
  • Cuando empiecen a leer, ayudadles a elegir libros de su interés. Podéis pedir información y consejo a sus maestros, a los libreros en las librerías o a los bibliotecarios en las bibliotecas.
  • Que os vean disfrutar de un libro, revista o periódico. Comentadles de qué va, qué os ha parecido la lectura e invitadles a participar de ella.
  • Después de que miren o lean un libro hablad sobre él. Que se den cuenta que para vosotros los libros son importante, como lo pueden ser para ellos.
  • Visitad a menudo con ellos la Biblioteca o una Librería. Explicadles cómo y de dónde pueden coger los libros, y dónde deben dejarlos. Dádles tiempo para que los miren, los repasen y los lean, aunque no sepan aún todas las letras.
  • Leed con ellos por lo menos quince minutos al día, todos los días. El mismo libro, periódico o revista o cada cual el suyo. Y valorad estos momentos como verdaderos actos de comunicación y de diversión, nunca como una obligación odiosa.
  • Recitadles poesías infantiles y ayudadles a que las aprendan. Esto ejercitará su memoria además de favorecer que encuentren el ritmo a la literatura y a la vida. Podéis, también, hacer pequeñas rimas entre todos.
  • *Aprovechad el momento en que se acuestan para contarles o leerles cuentos e historias Más tarde, que sean ellos los que las lean y así se acostumbraran a leer unos minutos cada noche.
JUGAR, VIVIR Y LEER: ACTIVIDADES CONCRETAS DE LECTURA EN LAS ACTIVIDADES DE CADA DÍA
  • Cuéntales cuentos e historias o léeselos. Los cuentos contados o leídos y oídos son el primer contacto del niño y la niña con el mundo de las narraciones y de los libros. Cuando cuentas o lees un cuento creas un mundo de fantasía que estimula su imaginación. Aparte de divertir sirven para introducirles un vocabulario nuevo, utilizar nuevas expresiones del lenguaje, aprender a escuchar, a atender, a leer.
  • Las historias que pueden verse en la televisión no sustituyen de ninguna manera a las que tú les puedes contar. La comunicación personal enriquece y da vida a la narración. Las palabras oídas o leídas no van asociadas directamente a ninguna imagen, por lo que provocan un desarrollo libre de la imaginación.
  • Muéstrales diversas formas de literatura a través de los escritos: los cuentos, la poesía; la narración periodística, las instrucciones de los juguetes o de los electrodomésticos, las recetas de cocina, etc. Todo lo que es legible acerca a los niños y niñas a la lectura.
  • Responsabilízale de un calendario de la familia en donde deba registrar y mantener al día los acontecimientos familiares: fiestas, aniversarios, cumpleaños, viajes, excursiones,...
  • Dales la oportunidad de escribir en el ordenador. Quizá empiece por poner vuestros nombres o por copiar frases de su libro preferido.
  • Dejaos notas en casa. Tanto sobre lo que hay que hacer, cómo os sentís o lo que os queréis, con letras, dibujos o pictogramas.
  • Diles que busquen fotos que les gusten en revistas viejas. Que las recorten y pongan títulos a cada una. Que recorten palabras de titulares de periódico o anuncios publicitarios y las pegue en una libreta y hagan dibujos en relación con esas palabras
  • Cuando estés leyendo, omite una palabra de vez en cuando y plantea un juego: pídeles que digan la palabra que falta y que encaje con el significado de la frase.
  • Escribe palabras en fichas y pídele que las asocie con dibujos o con objetos en casa. Escribe varias letras en fichas y pide a tu hijo/a que forme palabras
  • Mientras preparas la comida, pídeles que te ayuden leyendo partes de la receta o confeccionando un menú especial de fiesta.
  • Recorta tiras cómicas del periódico y pídeles que coloquen las viñetas en el orden correcto y que te cuenten la historia.
  • Pregúntales qué palabras querrían aprender. Escríbelas en fichas y haz que tu las coloquen por orden alfabético ó por temas en una caja especialmente preparada para ello.
  • Busca momentos para cantarles nanas o canciones. Pídeles que te canten sus canciones infantiles preferidas y que te enseñen las que aprenden en la escuela. Cuando vayáis en el coche será un buen momento para cantar juntos.
  • Antes de que la familia emprenda un viaje, haz que tus hijos colaboren con los preparativos escribiendo una lista de cosas que hay que llevar, leyendo el mapa de la carretera,...
  • Juegos con las historias: Léeles un cuento y pídeles que inventen un nuevo título. O léeles parte del cuento pero omite el final y que ellos lo inventen. O les cuentas el final y que ellos inventen un principio.
  • Pregúntales sobre la parte que prefieren del libro o cuento que acaba de leer y comentadla. Aprovechad para hablar sobre los valores que subyacen: amistad, amor, naturaleza, vida, justicia, etc. Pero sin que parezca una lección de la escuela, como una conversación entre dos personas que se quieren.
  • Hazles preguntas sobre el "porqué” de las cosas, no sólo sobre los cuentos que leen, sino también sobre los incidentes cotidianos de la casa, de la escuela, del barrio o de lo que sale en las noticias de la televisión.
  • Utiliza el periódico como un libro de texto de lectura. Pídeles que localicen determinados artículos en distintas secciones del periódico. O que encuentren en la programación de la televisión su programa favorito.
  • Cuando vayáis a comprar al supermercado, que te ayuden a hacer la lista de la compra, y a comprobar después que vais comprándolo todo.
  • Cuando recibáis cartas de amigos o familiares, que vuestros hijos e hijas lean las partes que les puedan interesar, y’se encarguen también de contestar algunas palabras.
  • Cuando vayáis a la casa de los abuelos aprovechad para que les cuenten historias antiguas de la familia, cuentos y canciones tradicionales. Que saquen las fotos antiguas y las comentáis entre todos.
Al pasear o desplazaros por la calle, leed juntos los carteles de las tiendas, los nombres de las calles, los anuncios publicitarios, etc.
Fuente: Psicología y pedagogía El blog de los especialistas en psicología y pedagogía infantil y juvenil.